Las autoridades de Florida planean construir un nuevo centro de detención para inmigrantes, aumentando la tensión en un estado con políticas migratorias restrictivas.
El gobierno de Florida ha anunciado la construcción de otro centro de detención para inmigrantes, lo que genera preocupación en comunidades locales. Este proyecto busca incrementar la capacidad para gestionar la creciente cantidad de detenciones en el estado.
Activistas y defensores de los derechos humanos critican la medida, argumentando que afectará a miles de inmigrantes residentes en la región. La decisión se suma a las políticas cada vez más estrictas de inmigración implementadas en Florida.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha impulsado la construcción de un segundo centro de detención de inmigrantes en Camp Blanding, cercano a Jacksonville. Aunque aún se espera un aumento en las deportaciones desde el sur del estado, ya se han asignado más de 245 millones de dólares para el centro original en los Everglades, conocido como "Alligator Alcatraz", que abrió sus puertas en julio.
Esta expansión ha provocado una fuerte oposición, especialmente por parte de grupos defensores de los derechos humanos, quienes denuncian las malas condiciones dentro de las instalaciones actuales.
Asimismo, recientemente se han interpuesto varias demandas por la falta de atención médica, restricciones para reunirse con abogados y la prolongada detención sin cargos. El nuevo centro incluirá tecnología avanzada para monitorear el clima y mejorar la seguridad de las operaciones.
Un centro de detención para inmigrantes en EE. UU. es un lugar donde se retiene a personas sin autorización mientras se define su situación migratoria. Estos centros, gestionados por ICE o empresas privadas, han sido objeto de críticas debido a las condiciones de hacinamiento y el trato deficiente. Los detenidos pueden ser deportados o liberados bajo fianza mientras esperan la resolución de su caso.