La propuesta de Ron DeSantis apunta a mejorar la seguridad en las carreteras, aunque podría impactar el trabajo de numerosos conductores hispanos e inmigrantes.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, vuelve a colocar al estado en el centro de la conversación nacional al apoyar un proyecto de ley que podría transformar significativamente la vida laboral de miles de conductores profesionales.
La iniciativa, conocida como SAFE Drivers Act, propone un cambio significativo en los requisitos para obtener licencias de conducción profesional, con implicaciones tanto para la seguridad vial como para la economía del transporte.
La propuesta establece que todos los estados, incluido Florida, deberán implementar un examen estandarizado de inglés para quienes deseen obtener licencias de conducir comerciales. Según los promotores de la ley, el objetivo principal es mejorar la seguridad en las carreteras, especialmente después de varios incidentes relacionados con conductores que no dominaban el idioma.
Si la ley se aprueba, los aspirantes a conducir camiones de carga o transporte comercial deberán demostrar su competencia en inglés a nivel federal. Aquellos que no cumplan con este requisito no podrán obtener la licencia. Además, los estados que decidan no aplicar la norma podrían enfrentar recortes en los fondos destinados a infraestructura vial.
El proyecto fue presentado por el congresista Pat Harrigan, de Carolina del Norte, con el respaldo de Troy Nehls (Texas) y Bob Onder (Misuri), y cuenta con el apoyo de varios gobernadores conservadores, incluido DeSantis, quien lo describe como una forma de “asegurar rutas seguras y establecer estándares nacionales claros”.
Un proyecto federal propone un examen obligatorio de inglés.
Actualmente, los requisitos de inglés para conductores comerciales varían entre los estados, lo que genera inconsistencias y riesgos potenciales en las carreteras. La Federal Motor Carrier Safety Administration ha señalado que esta disparidad puede ser peligrosa, y Harrigan afirma que "no se puede manejar un camión de 80,000 libras si no se entiende una señal que dice 'Puente cerrado adelante'".
No obstante, grupos de transporte y sindicatos han advertido que la medida podría excluir a miles de conductores hispanos o inmigrantes, quienes constituyen una parte crucial de la cadena logística en Florida y otros estados. El analista de políticas públicas Billal Rahman señaló a Newsweek que, aunque la estandarización busca reducir accidentes, también "transformará el mercado laboral del transporte, afectando a quienes dependen de este empleo para mantener a sus familias".
De aprobarse, el Departamento de Transporte de EE. UU. será responsable de supervisar la implementación de la ley y de evaluar qué estados, como Florida, se adaptan más rápidamente a estos nuevos estándares.