Miami inicia una transformación histórica con nuevos rascacielos superaltos residenciales que redefinirán su skyline y el mercado del lujo en EE.UU.
Miami está dando un salto arquitectónico sin precedentes. Para 2027, la ciudad verá nacer su primer rascacielos residencial superalto: el Waldorf Astoria Residences Miami, una torre que superará los 100 pisos y que encenderá una competencia feroz por dominar el cielo del sur de Florida. Con este proyecto arranca una transformación que podría posicionar a Miami como la nueva capital estadounidense de la vivienda de ultra lujo en altura, un título históricamente reservado para Manhattan.
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Mientras en la mayoría de las ciudades del país ningún edificio se acerca siquiera a los 300 metros necesarios para ser considerado superalto criterio definido por el Council on Tall Buildings and Urban Habitat, Miami se prepara para romper moldes. Hasta ahora, Estados Unidos cuenta con apenas 31 torres dentro de esta categoría, muy por detrás de países como China o Emiratos Árabes Unidos, pero la tendencia comienza a girar hacia el sur.
El lujo vertical toma fuerza en el sur de Florida.
La historia del gigantismo arquitectónico estadounidense comenzó con íconos como el Chrysler Building y el Empire State. Décadas después, Nueva York y Chicago dominaron el mapa mundial de superaltos, levantando estructuras emblemáticas tanto residenciales como comerciales. Pero esa hegemonía se está moviendo. La llegada masiva de empresas, ejecutivos y grandes inversiones al sur de Florida impulsada por la pandemia, los beneficios fiscales y un clima privilegiado ha reconfigurado por completo el mercado.
Miami, que antes era vista como un destino de playa y ocio, ahora emerge como el nuevo laboratorio de los rascacielos residenciales más exclusivos del mundo.
El proyecto desarrollado por Property Markets Group (PMG) junto con la icónica marca hotelera Waldorf Astoria será el primer gran protagonista de esta nueva era. Con una forma de cubos apilados diseñada por el arquitecto Carlos Ott, la torre alcanzará 320 metros de altura, superando ampliamente a cualquier estructura existente en Brickell.
El complejo incluirá 360 residencias de lujo y un hotel de 205 habitaciones, convirtiéndose en un símbolo de estatus para compradores locales e internacionales. Y no estará solo: en el horizonte ya asoman proyectos como Dolce & Gabbana Residences Miami y al menos siete superaltos adicionales en distintas etapas de planificación. Si todos llegan a concretarse, Miami podría destronar a Manhattan como la capital de los superaltos residenciales antes de 2035.
Levantarse a más de 300 metros del suelo no es una tarea sencilla. Además de los costos que pueden superar los 1.000 millones de dólares por torre, Miami presenta desafíos únicos: vientos huracanados, suelos complejos y una infraestructura que debe adaptarse a un nivel de exigencia extremo.
De acuerdo con Kevin Maloney, CEO de PMG, cada elemento mecánico, eléctrico y estructural debe diseñarse para soportar fuerzas y presiones inusuales. Las fallas registradas en torres de San Francisco o Nueva York refuerzan la importancia de estudios de suelo rigurosos y sistemas de cimentación de última generación.
La llegada constante de compradores extranjeros, el interés por residencias exclusivas y la baja carga impositiva convierten a Miami en un imán para las grandes fortunas. Mientras tanto, ciudades como Nueva York evalúan subir impuestos y limitar nuevos proyectos, lo que podría acelerar aún más la migración de capital hacia Florida. Según Ryan Shear, de PMG, los compradores buscan privacidad, seguridad y la posibilidad de vivir “por encima de las nubes”, razones que impulsan la venta de superaltos incluso antes de que se coloque la primera piedra.
Aunque Miami aún está lejos de competir con gigantes como el Burj Khalifa en Dubái, la combinación de ambición arquitectónica y atractivo internacional está abriendo el camino hacia proyectos cada vez más extremos. “Para superar al Waldorf Astoria Miami hará falta una marca, un diseño y una historia sin precedentes”, señaló Shear. Por ahora, todos los reflectores apuntan a la ciudad: el nuevo corazón del lujo vertical en Estados Unidos.