Spirit Airlines volvió a acogerse al Capítulo 11 tras fracasar su plan de reestructuración y encendió las alarmas en el sector aéreo.
La aerolínea Spirit volvió a encender las alarmas en el sector aéreo estadounidense al confirmar que ingresó nuevamente en un proceso de bancarrota, apenas meses después de haber intentado reordenar sus finanzas sin éxito. Es la segunda vez en el año que la compañía recurre a este mecanismo legal para evitar el colapso definitivo.
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La empresa de bajo costo presentó la solicitud de protección bajo el Capítulo 11 ante un tribunal federal de Nueva York, una figura que le permite seguir volando mientras renegocia deudas y redefine su modelo de negocio. El objetivo declarado es ganar tiempo para aplicar cambios profundos que aseguren su continuidad.
Spirit asegura que los vuelos seguirán operando con normalidad.
Desde la aerolínea reconocen que los ajustes realizados durante su primer intento de reorganización no fueron suficientes para estabilizar la operación. En un comunicado oficial, la compañía explicó que el nuevo proceso busca sentar las bases de una transformación estructural que le permita competir y sostenerse a largo plazo en un mercado cada vez más exigente.
Spirit aseguró que esta etapa será clave para rediseñar su estrategia comercial y financiera, con la promesa de ofrecer tarifas competitivas y mejorar su posición frente a otros operadores internacionales.
Pese al impacto de la noticia, la empresa afirmó que continuará cumpliendo con el pago de sueldos y beneficios a trabajadores y contratistas durante todo el proceso judicial. Además, confirmó que mantiene negociaciones activas con acreedores, arrendadores de aeronaves y tenedores de deuda para definir su futuro operativo.
En cuanto a los usuarios, Spirit intentó llevar tranquilidad: los vuelos programados, las reservas existentes y la venta de pasajes seguirán funcionando con normalidad mientras se desarrolla la reorganización bajo supervisión judicial. La situación, sin embargo, vuelve a poner en duda la estabilidad de una de las aerolíneas más utilizadas del país y deja al mercado atento a los próximos pasos de la compañía en un año marcado por turbulencias financieras.
Aunque la aerolínea atraviesa un nuevo proceso de bancarrota, Spirit confirmó que los vuelos programados continúan operando con normalidad y que las reservas ya realizadas siguen vigentes. La empresa aseguró que el Capítulo 11 le permite reorganizar sus finanzas sin suspender el servicio. Sin embargo, especialistas recomiendan a los pasajeros monitorear cambios en itinerarios y políticas de reembolso, ya que los procesos judiciales pueden derivar en ajustes operativos en los próximos meses.