Según Human Rights Watch, las detenciones encubiertas generan miedo y confusión, aumentando el riesgo de abusos en comunidades de inmigrantes.
La presencia de agentes federales infiltrados en operaciones relacionadas con la inmigración en Estados Unidos ha suscitado inquietudes sobre posibles excesos y la carencia de mecanismos de control. De acuerdo con Human Rights Watch, esta estrategia, que se incrementó durante el gobierno de Trump, complica la vigilancia de las actuaciones policiales y pone a los inmigrantes en situaciones de alto peligro.
Agentes de inmigración de EE. UU. actúan enmascarados y sin identificaciones.
De acuerdo con Human Rights Watch, los agentes del ICE y de otras fuerzas migratorias actúan habitualmente con el rostro cubierto y sin identificaciones visibles. Belkis Wille, directora asociada de crisis y conflictos de la organización, señaló que "los agentes de las fuerzas del orden deben ser identificables para que sea posible que respondan por sus actos".
La práctica de ocultar la identidad de manera sistemática, agrega, debería ser una excepción y no la norma, especialmente frente a los abusos documentados en arrestos recientes por motivos migratorios.
El anonimato, según Human Rights Watch, no solo dificulta la rendición de cuentas, sino que también aumenta la impunidad y desincentiva la denuncia de abusos, generando un entorno en el que las violaciones de derechos humanos pueden multiplicarse.
En su sitio web, el ICE explica que los agentes usan máscaras para "evitar ser expuestos". Sin embargo, Human Rights Watch sostiene que esta justificación, amplia y automática, no se ajusta a los estándares internacionales de derechos humanos, que permiten el ocultamiento de identidad únicamente cuando es estrictamente necesario y proporcional para proteger la seguridad.
Cuando la práctica se aplica de forma generalizada, advierten, se convierte en un obstáculo para la rendición de cuentas y para la protección de los derechos civiles.
Las investigaciones de Human Rights Watch incluyen entrevistas a 18 personas que presenciaron o sufrieron arrestos por agentes no identificables en cinco ciudades estadounidenses desde el 20 de enero, así como el análisis de decenas de videos en redes sociales que registran estas detenciones. Las víctimas describen estos encuentros como aterradores, ya que la imposibilidad de identificar a los agentes genera temor y sensación de indefensión.
Human Rights Watch advierte que la falta de identificación también facilita que delincuentes se hagan pasar por agentes federales para secuestrar, extorsionar o agredir sexualmente a personas, aprovechando el miedo generado por las medidas migratorias. Esto difumina la línea entre autoridad legítima y criminalidad, aumentando los riesgos para la comunidad.
A nivel estatal, algunos gobiernos buscan aprobar leyes que obliguen a los agentes a identificarse durante operativos públicos, aunque su implementación enfrenta desafíos. En el ámbito federal, la Ley VISIBLE, propuesta por los senadores Cory Booker y Alex Padilla, exigiría que los agentes de inmigración muestren identificaciones legibles y limitaría el uso de cubiertas faciales únicamente por motivos de salud.
Human Rights Watch enfatiza la necesidad de que el Congreso investigue los abusos en las operaciones migratorias, incluyendo el impacto de los agentes enmascarados en la dificultad para llevar a cabo investigaciones y garantizar la rendición de cuentas.