Patricio Rubio rescató a Alianza Lima de una vergonzosa derrota ante Estudiantes de Mérida en Matute, pero extendió la agonía a nivel internacional para los hinchas victorianos. Y es que los de La Victoria no se cansan de sufrir en la Copa Libertadores y ahora establecieron la peor racha de partidos consecutivos sin ganar en la competencia: 22. Y, posiblemente, se seguirán contando.
Ahora bien, en el quinto minuto de adición, el atacante chileno evitó la derrota ante el club venezolano y sumó el primer punto para Alianza Lima en la actual Libertadores. Y aquello significa que, matemáticamente, el equipo de Mario Salas siga con vida en la Copa, aunque para clasificar a la Sudamericana deba realizar toda una proeza. ¿Cuál? Ganar en Uruguay a un Nacional que quiere asegurar el primer lugar del Grupo F y esperar una mano de Racing Club ante Estudiantes.
¿Qué se puede decir del partido? Que pese a las críticas, Joazhiño Arroé sigue dando la cara por Alianza Lima en la Libertadores. El "10" adelantó a su equipo a los 3' y abrió las puertas de la ilusión en Matute.
Sin embargo, no solo de goles se vive en la Copa Libertadores sino de solidez y Alianza Lima no es un equipo sólido. Si bien el equipo de Mario Salas era superior, Estudiantes de Mérida se plantaba con facilidad en área contraria y el gol parecía cuestión de minutos.
Y para ello Ítalo Espinoza fungió de socio con errores propios. El arquero de Alianza Lima le cometió dos penales a José Rivas, uno peor que al otro, y el atacante venezolano le dio vuelta al marcador con dos grandes definiciones desde los doce pasos.
Mario Salas puso toda la carne en el asador en busca de la remontada, pero la suerte no estaba de su lado. Carlos Ascues falló un gol clarísimo y otra vez no le volvieron a cobrar un penal a favor. El papelón ya parecía firmado hasta que apareció Patricio Rubio para evitar la derrota y, más que darle otra vida, el chileno no hace más que extender la agonía de un club que pensó en grande a inicios de año, pero se sigue manejando como un club chico y la Libertadores no perdona.