Un joven futbolista de 16 años, asesinado por un policía durante una intervención en pleno descenso del coronavirus, fue despedido antes los ojos de su familia y amigos haciendo lo que más le gustaba: anotar goles.
Los mejores amigos y compañeros de la víctima tuvieron la gran idea de armar una situación futbolística para que el fallecido pueda anotar un gol simbólico con el ataúd en el que descansa su cuerpo.
Con todos sus amigos rodeando el arco, hicieron que el balón rebote en el féretro para que sea empujado al fondo de las redes y así celebrar la que será su última anotación en la tierra.
Tras el gol, los amigos se acercaron al cajón par abrazarlo y darle el adiós a este joven. Por su parte, los familiares cercanos también se encontraban cerca y lloraron al ver tal despedida.
Este muchacho perdió la vida el pasado martes ya que un policía le disparó en la cabeza cuando regresaba de comprar unos refrescos en su motocicleta.
El sospechoso de asesinato se encuentra en investigación por la Fiscalía Estatal de Oaxaca.