A un día de celebrar sus 95 años, la reina Isabel II atraviesa la perdida de su esposo, el príncipe Felipe y una crisis familiar que afecta a la monarquía en sus casi 70 años como jefa del estado británico.
Se pronostica una jornada triste para la reina, pues se recuerda que Felipe se mantuvo a su lado desde que ascendió como monarca un 6 de febrero de 1952. Ahora, la reina permanece en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, donde el pasado sábado tuvo lugar dicho funeral.
La monarca se halla actualmente en un periodo de transición de la monarquía. Ello último, tras dejar los viajes al extranjero y reducir sus compromisos oficiales por su avanzada edad. Debido a ello, el Príncipe Carlos, segundo en la línea de sucesión, asumió parte de los compromisos de la corona en representación de la soberna.
Según se analiza, la muerte del duque de Edimburgo, y la retirada del duque de Sussex (hijo del príncipe Carlos y Diana de Gales) de la monarquía, auguran una aceleración de la transición de Isabel II, pese a que la monarca negó alguna intención de abdicar al trono.
“La reina ha dedicado toda su vida al servicio público y ha dejado claro que no tiene intención de abdicar. Es increíblemente trabajadora, pero es posible que disminuya (su actividad) de manera gradual”, señaló el conocido experto constitucional Robert Hazell, del University College London,
Dicha inhabilitación parcial de sus funciones, permitiría al príncipe Carlos y a otros miembros de la familia real asumir “otros compromisos públicos, mientras (Isabel II) cumple con las funciones que solo la monarca puede hacer”, comentó el experto.
Desde la salida de la monarquía deHarry y Meghan, se ocasionó una nueva crisis en la familia real. Dicho anuncio, se dio a conocer tras la polémica entrevista a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, el pasado marzo.
La entonces pareja real acusaba de racistas a la monarquía, incluso Meghan Markle, esposa del príncipe Enrique, respondió a supuestos impulsos suicidas cuando se hallaba dentro de la familia real.
Si bien los príncipes William y Harry interactuaron durante el funeral, los medios aseguran el duque de Sussex volvería esta semana a EE.UU. sin haber resuelto la fricción con la familia.