Una nueva amenaza aparece y pone en alerta al mundo. Científicos e investigadores advirtieron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la peligrosidad de la nueva variante de la COVID-19, denominada Ómicron, que ya se encuentra en Sudáfrica y si no se controla puede afectar rápidamente a otros continentes.
El director de Genética de la COVID-19 en el Instituto Wellcome Sanger, manifestó que la detección temprana de esta cepa debe servir para tomar medidas y restricciones a tiempo con la finalidad de evitar un mayor impacto, a comparación de cuando apareció la variante Delta. Mientras Neil Ferguson, experto en enfermedades infeccionas del Imperial College de Londres, agregó que sería “prudente” limitar los viajes desde Sudáfrica.
Sharon Peacock, quien ha estudiado la evolución genética del coronavirus en la Universidad de Cambridge, dijo que hay un número elevado en las proteínas y esto provoca mayores niveles de contagio. Sobre su origen, agregó que “puede haber evolucionado en alguien que se infectó, pero no pudo eliminar el virus”.
Desde Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas, comentó que las autoridades estadounidenses habían concertado una llamada con sus homólogos sudafricanos para tener más detalles. Añadió que aún no habría indicios de que la variante hubiera llegado a Estados Unidos.
El profesor de medicina experimental del Imperial College de Londres, Peter Openshaw, consideró que era “extremadamente improbable” que las vacunas actuales no funcionen, señalando que son eficaces contra otras variantes.
Cabe precisar que Peacock desconoce “si esta nueva variante podría afianzarse en las regiones donde está la delta”. Hasta la fecha, la delta es la forma más predominante del coronavirus.