Existen diversas curiosidades en el mundo que datan del mundo antiguo pero que siguen despertando interés entre los usuarios de la Internet. Un caso peculiar es del tomate, vegetal de la familia de las hortalizas, que causó pavor entre los comensales allá por 1820.
La historia dice que este fruto, de más de 10.000 variedades, fue vetado por supuestamente ser venenoso. Ingerirlo podría llevarte directo a la tumba, ya que provocaba una intoxicación fulminante.
¿Por qué? Resulta que los aristócratas europeos consumían tomate acompañado de un recubrimiento de estaño el cual se aplicaba en los platos. De esta manera, al ser ingerido el ácido natural del tomate hacía que el estaño libere una dosis de plomo, el cual es altamente tóxico.
La conclusión fue que el tomate era altamente venenoso y por eso fue retirado del consumo humano y pasó a ser un producto hornamental.
Sin embargo, hasta 1880, este mito fue cayendo de a pocos. Los napolitanos inventaron la pizza que llevó como ingrediente el tomado. Este manjar fue cocinado y servido en bandejas de madera. Milagrosamente el tomate no causó ningún estrago entre los comensales.
Para 1876, se creó un producto donde el tomate era la base, estamos hablando del kétchup. Henry J. Heinz tuvo la genialidad de añadir una salsa ancestral china que se conocía como ketsiap, este terminó siendo rebautizado con el nombre que conocemos en la actualidad.
Ya en 1897, Joseph Campbell se encargó de crear enlatados con su mítica salsa de tomate. Esto ayudó una vez más a derribar el mito que el vegetal era nocivo para la salud.