El caso tuvo lugar en 1903 en los Estados Unidos y sirvió para incluir el uso de huellas digitales en el registro de los criminales.
Únete a nuestro canal de WhatsAppLa vida está llena de coincidencias que no se pueden explicar, pero la historia que nos concierne HOY lleva esto al extremo siendo uno de los casos de homonimia más bizarros que haya sucedido alguna vez.
Todo sucedió el 1 de mayo de 1903 en Estados Unidos, Will West, nuestro protagonista, ingresó a la penitenciaría de Leavenworth por homicidio involuntario, pero los carceleros se dieron cuenta que les resultaba muy familiar.
Pese a esto, fue sometido al procedimiento estándar, es decir, les tomaron fotografías, descripción física y once medidas antropométricas, y tras hacer esto se convencieron de que se trataba de William West, un preso que fue condenado a cadena perpetua en 1901 por asesinato.
Cuando fueron hacia Will con el registro del hombre encarcelado (y que aseguraban era él), el primer West sonrió y solo atinó a decir: “esa es mi foto, pero no sé de dónde la sacaste porque sé que nunca antes estuve aquí”.
Los guardias discutieron sobre la actitud de West, así que enviaron a uno de sus compañeros para ver la celda del segundo, del cual pensaban había fugado de forma misteriosa e inexplicable.
Cuando Will y William estuvieron juntos, los carceleros quedaron asombrados porque eran casi iguales, pero rápidamente les sacaron las huellas digitales y se toparon con la verdad: no tenían ningún parecido.
El caso mostró que el sistema de identificación de personal de la época era poco fiable, es decir, fotografías, nombres y medidas de Bertillon, por lo que tras este episodio comenzó a implementarse el uso de huellas dactilares.
Desde entonces, lo que se sabe de ambos hombres es que Will cumplió su condena por homicidio involuntario, salió en libertad, pero no hay registro de lo que deparó la vida. Por su parte, William pasó a un régimen de aislamiento por crear disturbios en prisión y, finalmente, salió libre de forma condicional en 1919, aunque en 1916 escapó, se subió a un tren de carga, pero fue atrapado un día después regresando a Leavenworth.
A su regreso a la penitenciaría, confirmaron que se trataba de él tras tomarle las huellas digitales, no volvió a ser confundido con Will West.