Ricardo Gareca pide concentración absoluta a Jefferson Farfán y Christian Cueva
Jefferson Farfán y Christian Cueva tendrán que olvidarse de sus conflictos personales para dedicarse al 100% a la selección por exigencia de Gareca. El “Tigre” tomó al toro por las astas. Nada de farándula.
Únete a nuestro canal de WhatsAppGustavo Peralta
Desde New Jersey, Estados Unidos
Sin la voz férrea de un padre inflexible sería difícil que los hijos —enrevesados a veces en sus formas de proceder— retomen el cauce normal de sus vidas por esos objetivos trazados en la bendita comunión familiar.
Entonces, que Ricardo Gareca —sin la necesidad de exponer a sus dos referentes— conmine a Jefferson Farfán y al pequeño Chistian Cueva a voltear las páginas de sus recientes historias faranduleras para ceñirse exclusivamente al trabajo es advertirles que a la selección se la respeta.
Entre los amoríos de la “Foquita” y los mea culpa de “Aladino” hay tantos chismes como verdades que al “Tigre” le interesa cuando nota que ambos están “desconectados” de la realidad y sobre todo del trabajo de campo, de la exigencia, del día a día con la pelota.
Por ende, Gareca los hizo moverse como peces en el agua, les ordenó volver al ritmo conocido, coloquialmente, ponerse las “pilas” porque ambos serán puntales no solo en los próximos amistosos de la selección en los Estados Unidos sino también cuando el plantel pise tierra brasileña en busca de su tercera Copa América.
El hombre de la cabellera larga, el padre putativo de algunos y de todos, rechaza las distracciones, los problemas que afecten la tranquilidad grupal, las historias de urracas y cizañeros que traspasan las habitaciones, no, Gareca exige concentración, disposición y entrega. El resto es intrascendente.
Jefferson Farfán y Cueva, salvo algún desajuste emocional, jugarán los amistosos ante Paraguay y El Salvador. Y Gareca los quiere bien física, técnica y sobre todo mentalmente.