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Su escudo es un corazón

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En algún momento todos confirmamos que tenemos un ángel de la guarda. Y en la noche del último sábado, el pueblo íntimo comprendió que el suyo era Emiliano Ciucci. Un jugador abrazado por el perfil bajo. Un  guerrillero que rompió demasiada mala suerte.

Y es que el “Siberiano” anotó ante Sport Huancayo y no solo ayudó para sumar de a tres, sino que trituró la maldición de que los dirigidos por Wilmar Valencia no ganaban desde hace cinco fechas.

“La verdad que estoy muy contento por el resultado. Sacamos adelante un partido complejo y con eso regresamos al camino de los triunfos. Sabíamos que la mala suerte iba a terminar”, dijo.

A ello se suma que el volante argentino exorcizó algunos fantasmas que lo habían alejado de un tiempo a estar parte de una titularidad prolongada. Ayer demostró que quiere ser una pieza vital en el tablero de ajedrez.

“Felizmente pude anotar. No la pensé. Vi el espacio y lo único que atiné fue a meterla. Gracias a Dios el esférico ingresó y ello sirvió para quedarnos con los tres puntos”, agregó el blanquiazul.

CON DEDICATORIA...A su vez, Ciucci agregó que ese tanto fue especial porque se lo dedicó a su hermano Patricio. “Va para él”, concluyó. Así cierra una semana de gloria: con el escudo victoriano en la mano derecha y con una sonrisa inigualabl

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