La Corte Suprema de Estados Unidos permitió a Donald Trump retomar de manera inmediata la deportación de migrantes hacia terceros países.
La Corte Suprema de los Estados Unidos decidió detener la orden de un juez federal que había pausado la deportación de ocho inmigrantes, entre ellos dos cubanos y un mexicano, en una votación de 6 a 3. La Casa Blanca apoyó esta decisión, viéndola como un respaldo a su enfoque migratorio.
Tricia McLaughlin, subsecretaria de Seguridad Nacional, celebró el fallo, señalando que ahora el Gobierno podrá continuar deportando a inmigrantes indocumentados hacia países que, aunque no sean su lugar de origen, estén dispuestos a recibirlos.
La Corte Suprema de EE. UU. aprobó la petición urgente del presidente Donald Trump para continuar con las deportaciones de los inmigrantes de manera rápida hacia países que no son de origen, como es el caso de Sudán del Sur.
Esta decisión representa un triunfo importante para el Gobierno, que argumentaba que un tribunal inferior había ido más allá de su autoridad al exigir que el Departamento de Seguridad Nacional entregara notificaciones escritas a los inmigrantes y les diera la oportunidad de apelar las deportaciones por miedo a ser torturados.
A medida que la administración Trump avanza en su agenda, el futuro de muchos inmigrantes queda en un limbo incierto, con la posibilidad de ser enviados a países que no pueden garantizar su seguridad.
La votación del Tribunal Supremo provocó diversas reacciones políticas y sociales. La administración Trump la celebra como un avance en su lucha contra la inmigración irregular, mientras que grupos de derechos humanos alertan sobre sus posibles consecuencias negativas para los inmigrantes.
La reanudación de deportaciones a Sudán del Sur y otros países amenaza la seguridad y el bienestar de quienes huyen de la violencia y la pobreza, poniendo en riesgo sus vidas.
Las deportaciones a países terceros, como Sudán del Sur y El Salvador, forman parte de una estrategia más amplia del Gobierno estadounidense para disuadir la inmigración indocumentada. Esta política genera controversia, ya que muchos argumentan que expone a los inmigrantes a situaciones de riesgo en países que enfrentan crisis humanitarias.
La Corte Suprema de los EE. UU. es el tribunal federal más alto, encargado de interpretar la Constitución y las leyes del país.