La administración de Trump mantiene su estrategia de control migratorio, estableciendo centros de detención en bases militares para inmigrantes indocumentados.
El gobierno estadounidense inaugurará el 17 de agosto el centro de detención más grande del país, East Montana, en Fort Bliss, Texas. Esta iniciativa se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para identificar y deportar a inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, utilizando instalaciones militares como puntos estratégicos para su detención.
Además de East Montana, se han autorizado otros centros en Camp Atterbury, Indiana; la Base Conjunta McGuire-Dix-Lakehurst en Nueva Jersey y la Estación Naval de Guantánamo en Cuba. Estas ubicaciones permitirán un manejo más eficiente de las operaciones de detención y deportación, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
La estrategia de Trump incluye la utilización de bases militares para el arresto de migrantes indocumentados. Los detenidos permanecerán un máximo de 14 días antes de ser deportados, y las bases también facilitarán vuelos de deportación durante un periodo inicial de 60 días. Esta medida busca optimizar el proceso de detención y deportación, alineándose con la orden ejecutiva 14159, que autoriza el despliegue de fuerzas de seguridad nacional.
La inversión inicial para estas operaciones asciende a 232 millones de dólares, con el objetivo de incrementar la capacidad del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En Guantánamo, se planea una ampliación para albergar hasta 30.000 personas, separando la prisión militar de alta seguridad de las operaciones del ICE. Por su parte, East Montana contará con una capacidad inicial de mil detenidos y 500 camas, ofreciendo servicios similares a otros centros de detención, como atención médica y representación legal.
Los vuelos de deportación desde el centro de Texas serán operados por la flota ‘ICE Air’, asegurando un proceso más ágil para la expulsión de migrantes. Además, se ofrecerán servicios de biblioteca jurídica, áreas recreativas y comidas balanceadas, adaptadas a necesidades religiosas.
Esta estrategia busca no solo mejorar la eficiencia en la detención, sino también garantizar ciertos derechos a los detenidos durante su estancia en estas instalaciones.