El Gobierno solo garantiza pagos parciales del SNAP por falta de fondos. Millones de familias podrían recibir menos ayuda para comprar alimentos este mes.
El Gobierno federal encendió las alarmas al avisar que solo podrá cubrir una parte de los beneficios del SNAP, la ayuda alimentaria que sostiene a más de 41 millones de personas en Estados Unidos. La crisis surge en pleno cierre del Gobierno, dejando sin financiamiento operativo a uno de los programas más importantes para combatir el hambre.
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Ante varias demandas presentadas en distintas cortes del país, el USDA se vio obligado a acudir a los fondos de contingencia, una reserva que apenas roza los $6,000 millones, insuficientes para cubrir los casi $8,000 millones que se necesitan para los pagos completos de noviembre.
El cierre del Gobierno amenaza los pagos de cupones de alimentos.
La falta de personal administrativo por el cierre y la incertidumbre sobre el financiamiento futuro hacen temer un escenario aún más crítico si la crisis se prolonga. Los jueces han exigido al Gobierno que explique de inmediato cuánto y cuándo recibirán los beneficiarios. Sin embargo, la respuesta aún no es clara: si no hay recursos adicionales, los pagos serán incompletos.
El SNAP es vital para familias de bajos ingresos, personas mayores, discapacitados e inmigrantes que dependen de él para comprar lo básico: pan, leche, frutas y verduras. Una reducción podría traducirse directamente en hambre y desnutrición.
Las familias deben demostrar ingresos por debajo del 130% del nivel de pobreza y tener recursos limitados. En muchos hogares, el beneficio promedio no supera los $187 al mes, por lo que cualquier recorte agrava una situación ya frágil. Los defensores de derechos sociales advirtieron que un pago parcial podría golpear más fuerte a los inmigrantes en proceso de estabilizar sus finanzas, especialmente quienes tienen varios niños pequeños que dependen de alimentos frescos que ya son difíciles de conseguir con el monto actual.
Mientras continúa el cierre del Gobierno federal sin fecha clara de solución, la urgencia crece: cada día que pasa aumenta el riesgo de que el programa no pueda sostenerse, provocando una crisis alimentaria nacional sin precedentes recientes.
Las organizaciones comunitarias recomiendan a los beneficiarios revisar con anticipación el saldo de su tarjeta y reportar cualquier error al departamento estatal que administra el programa en cada jurisdicción. También aconsejan acercarse a bancos de alimentos locales como medida de apoyo temporal.
Además, expertos aseguran que las familias deben documentar todos los problemas relacionados con la asistencia alimentaria durante el cierre del Gobierno, ya que futuras medidas de compensación podrían considerar los casos afectados por esta interrupción en los beneficios.