Una propuesta en el Congreso busca permitir que millones de indocumentados con años viviendo en EE. UU. puedan solicitar la residencia permanente.
La Ley de Registro vuelve a tomar fuerza en Washington como una de las iniciativas más polémicas y esperanzadoras dentro del debate migratorio. Esta propuesta plantea una alternativa inédita para que millones de indocumentados que llevan años en el país puedan acceder, por primera vez, a una vía formal hacia la residencia permanente. Aunque promete estabilidad y un futuro legal para quienes han vivido durante décadas en la sombra, su destino depende completamente de decisiones políticas que aún están lejos de resolverse.
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Esta iniciativa retoma una norma histórica establecida hace casi un siglo y busca actualizarla para que los inmigrantes que han mantenido una vida estable en EE. UU. puedan solicitar la Green Card. De avanzar, permitiría aliviar el temor permanente a la deportación, garantizar derechos esenciales y ofrecer una integración real en la sociedad estadounidense. Para muchos, representaría el primer paso hacia un estatus migratorio seguro y duradero.
Sin embargo, el camino para que esta propuesta se convierta en ley sigue siendo incierto. El Congreso enfrenta profundas divisiones y el consenso bipartidista requisito indispensable para su aprobación luce cada vez más complicado. La medida podría tardar meses o incluso años en definirse, dependiendo de las negociaciones políticas.
De acuerdo con USCIS, las rutas principales para obtener la residencia permanente actualmente incluyen vínculos familiares, ofertas laborales y protecciones humanitarias como el estatus de refugiado o asilado. Los familiares directos de ciudadanos estadounidenses continúan siendo una de las categorías con mayor prioridad, mientras que quienes reciben protección humanitaria también cuentan con opciones para avanzar hacia la residencia.