Un hecho insólito sucedió en Estados Unidos. Un joven, residente en la ciudad de Greenfield (Wisconsin), tuvo que ingerir tornillos para así ser ingresado a un hospital local y le hagan una prueba de coronavirus.
Según medios internacionales, el hombre no encontraba un lugar disponible para hacerse el test y no tuvo mejor idea que ingerir tornillos para que lo atiendan de forma rápida.
Con información de RT Español, un joven ingresó a una gasolinera y desde ahí llamó a un hospital local para que lo atiendan, tras haber ingerido tornillos. Fue la mejor excusa para así hacerse la prueba de COVID-19.
De acuerdo a las autoridades, el hombre no presentaba tendencias suicidas y solo quería que le hagan el test de descarte luego de no encontrar un hospital disponible ante el aumento de casos de infectados.
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Con datos del Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin, hay 42 centros de salud donde se realizan pruebas de coronavirus dentro del estado Milwaukee. El joven, quien todavía no ha sido identificado, tenía varias opciones para hacerse el test.
Es preciso mencionar que se registran más de 10.6 millones de casos y 242 mil muertes en Estados Unidos a causa de la pandemia. El joven quería sacarse la duda si estaba infectado y por eso recurrió a ingerir tornillos.