En 2009, 20th Century Fox "se la jugó" por Dragon Ball: Evolution, una cinta live-action del universo de Akira Toriyama y que apuntaba a ser el inicio de una saga de películas basada en Gokú, Milk y las esferas del dragón.
Sin embargo, a pesar de contar con los mejores efectos de la época y estar basada en el anime más exitoso de todos los tiempos, ni la taquilla, ni la crítica, y muchos menos los fanáticos, apoyaron la película. Tan mala fue la aceptación de la cinta que recaudó solo 58 millones de dólares, consiguiendo cubrir únicamente el presupuesto (32 millones de dólares).
Sin embargo, no es muy conocida la existencia de dos cintas live action de Dragon Ball previas a Evolution, ambas desarrolladas en Asia: Dragon Ball: The Magic Begins (1991) y Dragon Ball: Ssawora Son Goku, Igyeora Son Goku (1990).
La cinta no oficial fue producida en Tailandia y China, y aunque no contó con el permiso de Toei Animation, fue una copia fiel de la obra de Toriyama.
Al no ser una versión autorizada por Toei, la producción cambió los nombres de los personajes, siendo:
Fue una película coreana que sí gozó de la autorización de Toei Animation, pero solo para ser distribuida dentro de su propio territorio, por lo que no fue proyectada en otras salas del mundo.
Aunque fue fiel a los primeros bocetos del manga, tanto la utilería como los efectos demuestran las limitaciones de la época y la industria coreana del siglo pasado.
Entre los personajes se encuentran Goku, Bulma, Yamcha, Oolong y el Maestro Roshi, quienes unen fuerzas contra el malvado Rey Pilaf.