¿De qué duro material eran en su inicio las almohadas?

Aunque las almohadas han existido desde la antigüedad, en aquel entonces tenían un propósito muy diferente. ¿Sabes para qué servían? En la siguiente nota responderemos todas tus preguntas.

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El primer uso de almohadas ocurrió en Mesopotamia. Estas primeras almohadas estaban hechas de piedra y talladas en forma de cuna, por lo que no estaban diseñadas para la comodidad. En cambio, estas almohadas se usaban para elevar la cabeza para que los insectos no se metieran en la boca, la nariz o las orejas de las personas.

Debido a que la piedra era cara, las almohadas solo eran usadas por los ricos, y los materiales que se usaban variaban en cada cultura. Por ejemplo, las almohadas egipcias estaban hechas de mármol, marfil, cerámica, madera o piedra.

En la antigua China, por otro lado, la sociedad estaba lo suficientemente avanzada como para crear textiles suaves, pero se creía que las más suaves eran un lujo que agotaría la energía del cuerpo, así que preferían que el material fuera porcelana o bambú. Los que tenían grandes riquezas incluso podían conseguir almohadas de bronce.

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Los antiguos griegos y romanos introdujeron la idea de la almohada blanda. Los ciudadanos usaban almohadas hechas de tela rellenas con materiales naturales como algodón, juncos o paja.

Sin embargo, después de la caída del Imperio Romano, las almohadas blandas volvieron a ser una rareza ya que la mayoría de la gente no podía pagarlas. Para cualquiera que pudiera, se convirtieron en un símbolo de estatus.

La Revolución Industrial marcó el comienzo del cambio más grande para las almohadas. La gente rellenaba sus almohadas con cualquier material blando disponible, o incluso con plumas de pollo o ganso.

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Las almohadas se mantuvieron prácticamente igual hasta la década de 1960, cuando se inventó el relleno de poliéster, un nuevo material sintético que tenía un largo período de vida. De hecho, este es el material más común hasta el día de hoy.