En 2024, el Sistema Integrado de Registros de Tráfico de California registró más de 400 accidentes con conductores mayores involucrados.
El Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV) intenta encontrar un equilibrio entre el derecho de las personas a conducir y una revisión cuidadosa de la capacidad y el historial de cada conductor. Quienes tengan un historial limpio podrán renovar su licencia de conducir de forma más sencilla, pero quienes tengan condiciones médicas que puedan afectar su manejo enfrentarán evaluaciones adicionales.
Esto es especialmente importante para los conductores mayores de 70 años, ya que se presta mucha atención a diagnósticos como Alzheimer, demencia y otros trastornos neurológicos que podrían poner en peligro la seguridad en las calles.
El Código de Vehículos de California permite la suspensión de la licencia de conducir si una condición médica representa un riesgo para la seguridad vial. Esto es particularmente relevante para los conductores mayores de 70 años, quienes podrían enfrentar restricciones si padecen enfermedades que afecten su capacidad para manejar.
Diagnósticos como cataratas avanzadas o diabetes no controlada son considerados de alto riesgo, ya que pueden influir en los reflejos y la concentración al volante en Estados Unidos.
Los adultos mayores con un historial limpio, es decir, sin accidentes ni infracciones en los últimos años, pueden renovar su licencia de conducir sin necesidad de rendir un examen escrito. Sin embargo, si existen antecedentes recientes, el DMV exigirá una prueba de conocimientos como parte del proceso de renovación.
Esta medida busca asegurar que todos los conductores, independientemente de su edad, mantengan un nivel adecuado de conocimiento sobre las normas de tránsito.
El DMV recomienda a los conductores mayores realizarse chequeos médicos periódicos y evitar conducir bajo el efecto de medicamentos que alteren el estado de alerta. Estas recomendaciones son parte de un esfuerzo más amplio para proteger tanto a los conductores como al resto de los usuarios en las vías públicas.
La seguridad vial es una responsabilidad compartida y es fundamental que todos los conductores, especialmente los mayores, estén en condiciones óptimas para manejar.