Trabajadora de Walmart vivió lamentable situación luego que fuera arrestada en EE. UU., pese a tener un permiso de trabajo válido.
Recientemente, una inmigrante venezolana de 30 años vivió una fuerte pesadilla que se hizo realidad. Y es que, desde el 18 de julio de este año, una mujer llamada Sara, vio su vida dar un cambio total, esto luego de ser arrestada tras culminar su turno de trabajo en Walmart en Centennial, Colorado, EE. UU., donde laborara con permiso de trabajo válido. Vale resaltar que la joven tenía planes de contraer matrimonio pronto. ¿Ya fue deportada?
Medios internacionales informaron que la joven había finalizado su turno laboral en dicha zona y se disponía a emprender un viaje hacia Texas, EE. UU. para poder reunirse con su novia, Kinzie Morrow, con quien se había mudado hace poco y tenían planes de casarse. No obstante, su trayecto se vio interrumpido por la intervención de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Según declaraciones de Sara a El País, ICE la detuvo sin justificación aparente. La mujer, confundida por la situación, fue abordada de manera intimidante. "¡Sube al coche!", le ordenaron, mientras uno de los agentes la amenazaba con un Taser.
En medio del caos, logró contactar a Kinzie, activando el altavoz para que su pareja pudiera escuchar lo que estaba ocurriendo. Kinzie, al otro lado de la línea, intentó interceder, preguntando a los agentes sobre la razón del arresto y si contaban con una orden judicial. La respuesta fue que Sara no había completado el formulario 1099, un documento fiscal requerido para trabajadores independientes, incluso, la catalogaron como "una ilegal".
Pese a que Sara sí había presentado dicho formulario para un trabajo anterior con DoorDash y poseía un permiso de trabajo válido, su situación migratoria era legal, ya que se encontraba bajo el programa de parole humanitario, que permite a inmigrantes de países como Venezuela residir temporalmente en la nación de Trump.
Ante este suceso, frente a las autoridades, su situación se complicó cuando los agentes le entregaron un formulario que no comprendió del todo. Al firmarlo, creyendo que le garantizarían un abogado, Sara, sin ser advertida, aceptó su deportación acelerada.
Tras pasar por varios estados y ser deportada, siendo trasladada a Utah, Arizona, Nevada y Texas, terminó en su país natal, Venezuela. Ahora ella y su pareja Kinzie están en búsqueda de un nuevo logar donde puedan contraer nupcias.