EE. UU. refuerza su flota naval en el Caribe, cerca de Venezuela, para combatir el narcotráfico, mientras Maduro alerta a su ejército sobre una posible invasión.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes que más de 8 millones de ciudadanos están preparados para defender al país ante el aumento de las tensiones con Estados Unidos. Esta declaración se da en un contexto marcado por la presencia de buques militares estadounidenses en el mar Caribe, cerca de las costas venezolanas, bajo el pretexto de una operación contra el narcotráfico.
De acuerdo con la Agencia EFE, Maduro anunció la creación de la "Unidad Comunal Miliciana de Combate", que integrará 15.751 bases populares de defensa integral en todo el país. Este nuevo esquema permitirá reorganizar de forma dinámica a los más de 8 millones de ciudadanos alistados, aumentando así la capacidad de movilización para garantizar la paz en Venezuela.
Durante una rueda de prensa con medios internacionales, Nicolás Maduro señaló que el proceso de alistamiento ciudadano se mantendrá de forma continua. En ese sentido, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), junto con otras autoridades del país, será la encargada de dar a conocer los lugares donde se podrá realizar la inscripción.
El mandatario también señaló que la respuesta de la población ha sido amplia y que las jornadas de inscripción realizadas recientemente no fueron suficientes, debido al fuerte compromiso nacional para defender la patria. Adicionalmente, dijo que el martes se dará inicio a un proceso masivo de preparación y entrenamiento en todo el territorio nacional.
Consultado sobre las posibles medidas ante una invasión estadounidense, Nicolás Maduro afirmó que declararía a Venezuela "en armas" y se activaría un período de lucha armada para defender el territorio, la historia y el pueblo venezolano.
El presidente insistió en que la defensa de la soberanía es fundamental y que el país está preparado para enfrentarse a cualquier escenario de conflicto.
El mandatario venezolano criticó el despliegue de ocho barcos militares, 1.200 misiles y un submarino nuclear estadounidense en la región, calificando esta acción como una amenaza "extravagante, injustificable e inmoral". Comparó esta situación con la crisis de los misiles en Cuba en 1962, cuando la Unión Soviética y Estados Unidos estuvieron al borde de un conflicto nuclear.