Más del 70 por ciento de trabajadores agrícolas en EE. UU. provienen de países extranjeros, mientras que el 40 por ciento de estos no tiene estatus legal.
La política migratoria de los Estados Unidos se ha endurecido con la nueva administración en la Casa Blanca afectando a millones de inmigrantes alrededor de todo el país, pero también diversas actividades económicas, como la agricultura, quienes se han quejado ya que, a causa de las redadas y deportaciones. la mano de obra para trabajar los sembríos escasea cada vez más.
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Y es que la agricultura es una de las industrias que en EE. UU. depende, y bastante de la población inmigrante, pero las incursiones de las agencias de inmigración han golpeado duramente este sector, por lo que cada vez es más difícil conseguir trabajadores para realizar este tipo de trabajos.
El Nebraska Public Media recogió algunos testimonios como el Brandon Raso que cultiva arándanos en Nueva Jersey quien, en tiempos normales, habría contratado unos 600 trabajadores, pero ahora solo pudo llegar a un tercio: "El año pasado perdimos dos millones y medio de libras de arándanos que cayeron al suelo, simplemente, porque no pudimos cosecharlos".
De acuerdo al Departamento de Agricultura, más del 70 por ciento de los trabajadores del sector agrícola son extranjeros, principalmente, provenientes de México, y con el 40 por ciento de estos están en la tierra del tío Sam sin estatus legal.
Esta preferencia, según refieren los dueños de los cultivos, es porque los estadounidenses de nacimiento no quieren hacer este tipo de trabajos: "En los últimos 15 años, probablemente 150 personas han solicitado trabajo aquí. Dos de ellas eran estadounidenses y simplemente buscaban empleo para cubrir sus necesidades de desempleo. Así que agradecemos muchísimo a los inmigrantes que trabajan con nosotros. Hacen un trabajo maravilloso", dijo John Rosenow, productor de leche de Wisconsin.
40 por ciento del total de trabajadores migrantes en la agricultura están en EE. UU. de forma ilegal.
En este panorama, Zach Rutledge, profesor adjunto del Departamento de Economía Agrícola, Alimentaria y de Recursos de la Universidad Estatal de Michigan, destacó sobre la situación de la agricultura sin inmigrantes: "Lleva tiempo habiendo una crisis en la mano de obra agrícola, y sin duda se vería agravada por las medidas migratorias. Desde luego, no ayuda".
A esto debemos tener en cuenta lo dicho por el zar fronterizo de la Casa Blanca, Tom Homan, quien aseguró que para 2026 los arrestos y deportaciones "explotarán enormemente", lo cual, sí o sí, tendrá repercusión en los lugares de trabajo, aseguró a Reuters.
Asimismo, el Nebraska Public Media reveló que el Departamento de Trabajo ha reducido los salarios que los agricultores deben pagar a los trabajadores bajo el programa de visa H-2A, da la chance a los empleadores para deducir los costos de vivienda.
En la actualidad, todo esto provocó que los salarios alcancen los 31 dólares por hora, afirmando también de que la mano de obra extranjera encarece los alimentos cultivados en EE. UU., así como hacer menos competitivos que verduras y frutas importadas.
"Los precios más altos nos hacen menos competitivos frente a productos extranjeros. A lo largo de varias temporadas, estas pérdidas constantes pasan factura y un agricultor puede soportar algunos años difíciles, pero con el tiempo la operación se vuelve insostenible", reveló Lisa Tate, productora de crítico y aguacates de California.
Algunos en el Congreso han presentado varios proyectos de ley que buscan ampliar el programa de visas H-2A para que su uso sea más fácil y económico para los agricultores, incluida la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola.
Por su parte, el sindicato United Farm Workers ha demandado para revertir los recortes salariales a los trabajadores temporales. La demanda solicita a un juez federal de California que detenga los cambios salariales.