En la actualidad, Virgil Van Dijk es considerado como el mejor central del mundo, sobretodo tras conseguir con el Liverpool la Champions League 2018-2020. Sin embargo, lo que los amantes del fútbol desconocen es que el zaguero holandés estuvo cerca de perder la vida en el 2012.
El central de los "Reds" defendía en esa época los colores del Groningen cuando sufrió una apendicitis, peritonitis y pielonefritis (infección renal). Esta combinación de inflamaciones dejaron a Virgil al borde de la muerte con tan solo 21 años de edad.
"Lo único que pude ver fueron tubos colgando sobre mí. Mi cuerpo estaba roto y no podía hacer nada, los peores escenarios estaban zumbando alrededor de mi cabeza en ese momento. Si llegaba a morir, una parte de dinero habría ido a mi madre. Nadie quería hablar de eso, pero teníamos que hacerlo", declaró Van Dijk para la revista ‘FourFourTwo’.
Así mismo, Dick Lukkien, el entrenador del Groningen en esa temporada, destacó la intervención que tuvo la madre de Virgil para salvar su vida, ya que los demás pensaban que su condición no era de gravedad. Su progenitora insistió en llevar al zaguero de vuelta al médico.
“Al principio pensamos que tenía gripe. Estuvo en casa unos días y con mucho dolor en el abdomen. Fue al hospital local pero no pudieron encontrarle nada, así que lo enviaron de vuelta a casa. Allí fue su madre la que le llevó de vuelta al ver que aquello no era normal. Fue crucial para salvarle la vida”.
Además, la condición de Van Dijk fue tan preocupante que incluso el jugador escribió un testamento en caso no logre sobrevivir. “Si muriera, una parte de mi dinero iría a mi madre. Por supuesto, nadie quería hablar de eso, pero teníamos que hacerlo. Podría haber terminado”.