El gobierno de Argentina tomó drásticas medidas, al igual que los demás países en el mundo, en busca de frenar los casos de contagio por coronavirus. Una de las órdenes que implantaron desde el 12 de marzo fue la cuarentena obligatoria para los que lleguen del extranjero.
La decisión de las autoridades tenía que ver con la posibilidad de que lleguen de países en los que el contagio ha sido masivo, como Estados Unidos, y los viajeros podrían convertirse en un vehículo del COVID-19. Eso pasó con el joven Eric García Torales.
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Este ciudadano llegó a Argentina el 13 de marzo, cuando el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) estaba implantado. Teniendo en cuenta que venía de EE.UU., las autoridades sanitarias hicieron que firme una declaración jurada sobre si tiene o no síntomas de coronavirus.
La precaución obligaba a que tenga que incurrir a la cuarentena, pero el Eric García hizo caso omiso y solo dos días después de su llegada participó en una fiesta, en la que estuvieron presentes alrededor de 10 personas. Y más tarde, los malestares aparecieron.
El joven fue trasladado a un centro médico a realizarse la prueba, en la que se confirmó su positivo y la reunión donde estuvo presente empezó a cobrar sus primeros contagiados: un total de 20 personas se convirtieron en nuevos infectados en Argentina.
Uno de los contagiados fue el abuelo de Eric García Torales, quien pasó internado en estado grave y falleció el 1 de abril. Ante estas faltas previas, las autoridades judiciales decidieron levantar cargos y procesar a este joven al no cuidarse ni a su entorno.
La acusación a la que se enfrenta por parte de la Fiscalía de Morón, en Buenos Aires, es por delito contra la salud pública, al propagar la enfermedad (por imprudencia, negligencia o impericia), con lo que podría recibir de 6 meses a 5 años de prisión y si se aprueba la propagación dolosa, con conocimiento, la pena es de 3 a 15 años.