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IMÁGENES IMPACTANTES desde Estados Unidos: polillas bebiendo lágrimas de alce desconciertan a científicos y revelan un fenómeno nunca visto

Cámaras en Vermont registraron por primera vez polillas alimentándose de lágrimas de un alce, un fenómeno nunca antes visto en zonas templadas.

La naturaleza vuelve a sorprender a la ciencia
La naturaleza vuelve a sorprender a la ciencia | Composición: Líbero/ Dara Rojas

Un registro inesperado captado en un bosque del noreste de Estados Unidos dejó atónitos a científicos y especialistas en fauna silvestre. Cámaras trampa instaladas para monitorear animales salvajes revelaron una escena tan extraña como fascinante: varias polillas posadas sobre el rostro de un alce, aparentemente alimentándose de las lágrimas que brotaban de sus ojos.

Las imágenes fueron obtenidas en el Bosque Nacional de las Montañas Verdes, durante un operativo nocturno realizado por el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Vermont. Aunque el registro ocurrió en junio de 2024, los investigadores difundieron sus conclusiones meses después, al confirmar que se trataba de un comportamiento jamás documentado en alces ni en zonas de clima templado, según detalló Smithsonian Magazine.

Estados Unidos

Un comportamiento animal nunca antes documentado en alces.

El hallazgo fue detectado cuando Laurence Clarfeld, científico ambiental de la Universidad de Vermont, revisaba una secuencia de más de 80 fotografías consecutivas. En un primer momento, explicó, la imagen parecía mostrar que el animal tenía “ojos adicionales”. Al analizar con mayor detalle, descubrió que se trataba de polillas que se acercaban repetidamente a los ojos del alce para absorber el líquido lagrimal.

Un comportamiento raro que sorprende a la ciencia

Esta práctica, conocida como lachrifagia, consiste en la ingesta de lágrimas de vertebrados por parte de insectos. Si bien ya se había observado en regiones tropicales como abejas bebiendo lágrimas de tortugas en Ecuador o polillas alimentándose de aves en Sudamérica, casi no existían antecedentes fuera de los trópicos. Hasta ahora, solo se había registrado un caso aislado en Arkansas, donde una polilla se alimentaba de las lágrimas de un caballo.

El registro en Vermont marca un punto de inflexión: no solo amplía el mapa geográfico de este fenómeno, sino que también suma una nueva especie hospedadora. Para los expertos, esto sugiere que la lachrifagia podría ser más común de lo que se creía, pero poco observada.

De acuerdo con Leandro Moraes, biólogo de la Universidad de São Paulo, los fluidos de vertebrados representan una fuente alternativa de nutrientes clave para los insectos, especialmente sodio y proteínas. Esta estrategia forma parte de un comportamiento más amplio llamado puddling, mediante el cual mariposas y polillas obtienen minerales de líquidos como sudor, barro o excrementos.

¿Existe un riesgo para la fauna?

Aunque el fenómeno resulta impactante, los científicos aún no han determinado si supone un peligro directo para los animales. Algunos advierten que la presencia de insectos alrededor de los ojos podría facilitar la transmisión de patógenos asociados a enfermedades oculares, como la queratoconjuntivitis. Sin embargo, hasta el momento no hay evidencia concluyente de daños concretos en los alces observados.

El equipo responsable del descubrimiento pidió a la comunidad científica prestar mayor atención a este tipo de interacciones poco visibles. Las imágenes captadas en Vermont refuerzan la idea de que aún existen comportamientos sorprendentes en la naturaleza que pasan desapercibidos, incluso en ecosistemas ampliamente estudiados.

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