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Jonathan Ramírez a LÍBERO: Antes de ser futbolista fui albañil, y no me avergüenza

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Se podría armar un libro enorme con lo sucedido en la vida de Jonathan Ramírez, refuerzo uruguayo de Sporting Cristal. Quedó claro que en el fútbol, en muchas oportunidades, se necesita una cuota de suerte para triunfar.

Jimmy Pulido Alva

“Rayo” es el cuarto de la familia Ramírez Silva, compuesta por siete hijos: cinco varones y dos mujeres. Una familia humilde, laboriosa, pero futbolera. La historia de Jonathan es para resaltar como ejemplo de esfuerzo a los que se inician en esta carrera.

¿De quién sacaste esas condiciones: técnica, pique y gol?Curiosamente, la que sabe de fútbol en la casa es mi madre. Jugó en el club Mevir de San Gregorio (donde vive), y por eso mis hermanos y yo sacamos su velocidad. Mamá (María) nos  enseñó cómo pegarle al balón, a cabecear.

Curioso que tu madre sepa más de fútbol que tu “viejo”…Óscar (papá) es argentino y vino a Uruguay. Él nunca le dio al balón, era boxeador, pero me apoyó para forjarme en esta carrera. Mi hermano Paul es más técnico, y Óscar es un jugador rápido y con futuro.

¿Es verdad que un mozo te descubrió?¡Ese mozo es mi padre! Mi “viejo” trabajaba en un hotel de Tacuarembó, en San Gregorio de Polanco. Como era amigo del preparador físico del club “Tacua”, le dijo para que me vea jugar y el técnico Carlos Manta (dirigió a Melgar) me probó en el campo. Le gustó mi juego y me quedé en menores. Luego fui subiendo hasta debutar en Tacuarembó gracias al técnico Indio Molina.

¿Compartías el fútbol ayudando a tu padre?Sí, ayudaba a mi padre. Trabajé en construcción, hacía cabañas, casas. Lo ayudaba y él me pagaba. Me hubiera gustado trabajar de mozo como él, lo pude apoyar, pero me di cuenta que es difícil. Llevar platos es jodido, hay que tener maña para eso.

Siendo de una condición humilde, te esforzaste…Nunca pude ver partidos del extranjero, como de Argentina, pues no había dinero para poder pagar el cable, teníamos con las justas para cubrir los gastos de casa. Quise ver a Enzo Francescoli jugando en River Plate, pero no se podía, solo logré verlo cuando jugaba con la selección uruguaya.

Pero cumpliste uno de tus sueños al jugar en Nacional...Así es. Cumplí mi gran sueño de vestir la camiseta blanca, de la cual desde niño soy hincha. Uno lucha para ser un gran futbolista, por eso me romperé el lomo para llegar a la selección de mi país.

¿Quisiste emular a algún futbolista?Soy seguidor de Rubén Sosa, Alexander Medina, “Loco” Abreu, Gabriel Alves, entre otros  jugadores que han ganado cosas. Por eso, me siento contento.

¿Te animaste a pedirles autógrafos o a tomarte una foto con ellos?De chico, cuando  miraba a los jugadores de Nacional, me daba vergüenza pedirles autógrafos. Ahora siento lo mismo. Uno de mis ídolos es el “Chino” Recoba. Quise decirle que me regale su camiseta y me la firme, pero no me animé. Igual cumplí el sueño de jugar a su lado y ser su amigo.

¿El “Loco” Abreu también es tu ídolo?De niño siempre admiré al “Loco” Abreu, soñaba y hasta me creía todo un goleador como él. Ahora que iré con Cristal a jugar el amistoso en Uruguay, cuando me lo cruce a Abreu (refuerzo de Nacional) le pediré su camiseta sudada.

¿Qué hiciste con el primer sueldo jugando en primera?Miré la cantidad de billetes y dije: “Ufff, qué cantidad de plata tengo, no sé qué hacer”. Les compré regalos a mis viejos y la gasté en otras cosas.

¿Te sorprendió venir al Perú?Hablé con Cazulo (Jorge), le comenté  la oferta y me habló maravillas del club. Eso me animó. Después los chicos me recibieron bien y la verdad vine porque deseo explotar mi fútbol. Llego a un club grande y campeón a buscar el título y la Copa Libertadores.

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