Extranjero víctima de xenofobia pide que se identifique a sujeto que lo insultó

Junior Ramírez, de 23 años, es un trabajador de la empresa de servicio de delivery Rappi y ciudadano venezolano que, tras ser insultado por un sujeto cuando realizaba una entrega en Miraflores, pide que este sea identificado. 

En declaraciones a Latina Noticias, el agraviado indicó que aún no ha realizado la denuncia correspondiente porque desconoce la identidad de su agresor. "Aún no he podido identificarlo, aparecen varios usuarios, pero no tengo un número específico, pero sí sé dónde vive", detalló.

Consultado respecto a por qué habría iniciado la agresión verbal, Ramírez señaló desconocer los motivos, ya que el producto que debía entregar llegó en buenas condiciones. "Cuando el señor baja, le muestro el producto, reacciona de mala manera y en defensa propia saco mi celular. Porque si me iba a golpear, tenía que quedar registrado”, señaló.

Al respecto de la situación, el embajador de Venezuela en Perú, Carlos Scull, informó —a través de Twitter— que se contactó con su compatriota y que le brindarán la orientación necesaria para interponer la denuncia contra el sujeto que lo agredió de manera verbal.

Mientras que, el legislador Daniel Olivares, pidió al Ministerio Público que inicie una investigación del caso porque considera que “en nuestro país ya no hay espacio para estas miserias”.

En redes sociales, el video donde un compatriota nuestro agrede verbalmente a Junior Ramírez se viralizó. El metraje muestra cómo el peruano insulta en reiteradas ocasiones al extranjero debido a que supuestamente su delivery no había llegado en buenas condiciones.

"Estoy esperando mi comida y me lo traes roto, yo no voy a recibir esta mier.. rota. ¿Por qué eres tan idio..? Eres un pobre imbé.., ¿tú eres huev..? Me dan ganas de meterte un puñete y devolverte a tu país. ¿Tienes algún problema? Te voy a mandar de un combo a tu pu.. país", fueron algunas de las palabras del señor, de nombre no identificado, hacia el joven venezolano.

Asimismo, mientras recibía los insultos, el muchacho indicaba que no fue su culpa y que si quería una devolución (del dinero) la empresa podía hacérsela. No obstante, el sujeto solo atinaba a seguir insultándolo y reclamándole por no haberle entregado —supuestamente— bien el producto.