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El valor de escuchar a las máquinas, según el ingeniero Juan Felipe Ramírez

Ramírez destaca la importancia de la confiabilidad, que busca prevenir fallas en vez de reaccionar ante ellas, transformando así el enfoque de mantenimiento en la industria.

Juan Felipe Ramírez, reconocido como Ingeniero Mecánico del Año por ACIEM, destaca la importancia de la confiabilidad industrial y su impacto en la eficiencia operativa de la industria.
Juan Felipe Ramírez, reconocido como Ingeniero Mecánico del Año por ACIEM, destaca la importancia de la confiabilidad industrial y su impacto en la eficiencia operativa de la industria. | Foto: Difusión

Cuando en 2022 la Asociación Colombiana de Ingenieros distinguió a Juan Felipe Ramírez como Ingeniero Mecánico del Año, el premio no se limitó a un nombre o a una trayectoria personal. Se convirtió en una oportunidad para mirar hacia un área poco visible, pero decisiva en la industria: la confiabilidad.

El jurado valoró su liderazgo en proyectos de hidrocarburos y minería, donde logró reducir fallas críticas, mejorar la disponibilidad de turbomaquinaria y ahorrar millones en operaciones. Pero más allá de los números, lo que se puso en el centro fue la disciplina que sostiene esos resultados: la confiabilidad industrial.

¿En qué consiste? Juan Felipe Ramírez lo explica con sencillez. “Es la práctica de hacer que los activos funcionen de manera segura, eficiente y continua. No se trata de arreglar más rápido cuando algo falla, sino de prevenir para que la falla nunca ocurra”. Esa frase resume un cambio de paradigma que la ingeniería viene consolidando en las últimas décadas: pasar del mantenimiento correctivo al preventivo y, más recientemente, al predictivo.

El reconocimiento de ACIEM puso en evidencia que la confiabilidad no es un área secundaria, sino estratégica. Cuando una bomba falla en una estación de bombeo, no solo se detiene un equipo; se interrumpe la producción, se generan pérdidas económicas y se incrementan los riesgos de seguridad y ambientales. Evitar esa falla tiene un valor incalculable. “La confiabilidad es invisible cuando funciona, pero se hace evidente en las crisis que logra evitar”, comenta Ramírez.

El premio también sirvió para explicar qué herramientas hacen posible esa prevención. Entre ellas, metodologías como TapRooT, que permiten analizar la causa raíz de un problema, o el modelo OEE-360, que mide la efectividad global de los equipos integrando disponibilidad, rendimiento y calidad. Bajo el liderazgo de Juan Felipe Ramírez, estas técnicas pasaron de ser conceptos en manuales a prácticas vividas en campo, con técnicos y supervisores que aprendieron a aplicarlas en situaciones reales.

Otro punto clave que quedó en evidencia con el reconocimiento es la importancia de la cultura organizacional. No basta con instalar sensores de vibración o plataformas digitales. Si las personas no confían en esos sistemas ni los aplican con disciplina, los resultados se diluyen. Ramírez ha insistido en que la confiabilidad es, en gran parte, un cambio cultural: enseñar a valorar el registro de datos, a detener una máquina a tiempo o a analizar un error como una oportunidad de aprendizaje.

La Distinción a la Excelencia en Gestión de Activos otorgada por IAM LATAM e ICONTEC reforzó esta idea. Allí se reconoció su capacidad para implementar la norma ISO 55001 en operaciones críticas, integrando lo técnico con lo financiero. En palabras de Ramírez: “La gestión de activos es mirar todo el ciclo de vida de un equipo y tomar decisiones basadas en riesgo. No es solo arreglar, es decidir dónde invertir para que la confiabilidad sea sostenible”.

Ambos reconocimientos, más que un trofeo, son una puerta para entender el área de la confiabilidad. Una disciplina que conecta seguridad, economía y sostenibilidad. Que evita pérdidas invisibles, que reduce riesgos para los trabajadores y que contribuye a que la industria sea más eficiente y menos vulnerable.

Para quienes no conocen este campo, la historia de Juan Felipe Ramírez funciona como ejemplo práctico. Muestra que la confiabilidad industrial no es una moda ni una teoría lejana, sino un trabajo diario que se traduce en estabilidad operativa. Y que reconocerlo públicamente significa valorar lo que sostiene a la industria, incluso cuando nadie lo nota.

“Premiar la confiabilidad es premiar lo que no se ve: los problemas que nunca ocurrieron”, resume Ramírez. Esa frase ayuda a comprender por qué su reconocimiento sirve no solo para destacar a un profesional, sino para dar visibilidad a un área que, aunque silenciosa, resulta esencial para que la industria funcione.

Sergio Mejía

Editor general de la web del Diario Líbero. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la USMP con especialización en Marketing Digital, Gestión de Redes Sociales y Redacción Digital.

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