Se le hizo el milagro y no en octubre. El velocista estadounidense Christian Coleman, considerado el sucesor de Usain Bolt, mantiene intactas sus chances de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. ¿Cómo así?
Pues la IAAF (por las siglas en inglés de Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo) había determinado abrirle un proceso por evitar tres controles antidopajes en menos de un año y sin justificación alguna, hecho que es considerado como un doping 'positivo' y que desencadena una suspensión de 24 meses.
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El caso pasó a manos de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) y la Unidad de Integridad del Atletismo mientras aguardaba que Coleman se someta al menos a uno de los tres controles y así pueda evitar el castigo.
Sin embargo, la propia Agencia Antidopaje de Estados Unidos anunció que decidió archivar el caso por un error técnico con las fechas. De esta manera, Coleman quedó habilitado para participar en el campeonato mundial que comienza el 27 de este mes en Qatar, donde Coleman buscará mejorar la medalla de plata que ganó en el 2017. En esa carrera, finalizó delante de Usain Bolt, que corría en sus últimos 100 metros.
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“Aunque este calvario ha sido exasperante y me he perdido algunas competencias que no debí haberme perdido, sé que nunca he usado substancias prohibidas y nunca he violado las reglas antidopaje. No puedo esperar para representar a Estados Unidos en el campeonato mundial”, indicó el atleta a través de su abogado.
Cabe señalar que la posible sanción que enfrentaba Christian Coleman era por tres “fallos de paradero” en un período de 12 meses. Eso significa que no llenó formularios sobre dónde podía encontrársele o no estaba donde dijo que estaría cuando acudieron a realizarle una prueba.