Casarse con ciudadano o residente permite pedir la Green Card, pero USCIS exige pruebas sólidas, formularios correctos e ingresos que cumplan la regla I-864.
Casarse con un ciudadano estadounidense o un residente permanente legal es una de las vías más comunes para solicitar la Green Card. Este documento otorga la residencia permanente en Estados Unidos, con la posibilidad de trabajar, estudiar y, más adelante, aspirar a la ciudadanía. Sin embargo, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) aplica filtros muy estrictos para evitar fraudes matrimoniales.
El primer requisito es demostrar que el matrimonio es auténtico y no una unión simulada para obtener beneficios migratorios. Para ello, el solicitante debe presentar pruebas claras de vida en común, como contratos de alquiler a nombre de ambos, cuentas bancarias compartidas, fotografías de celebraciones familiares o incluso testigos que acrediten la relación.
Parejas inmigrantes pueden solicitar la Green Card por matrimonio en 2025.
El proceso arranca con dos formularios principales: el I-130, que debe presentar el cónyuge ciudadano o residente, y el I-485, que corresponde a la solicitud de ajuste de estatus. Además, se debe adjuntar el certificado de matrimonio, copia del pasaporte, comprobantes de entrada legal al país y antecedentes penales, entre otros documentos que refuercen la legitimidad de la unión.
Cuando alguno de los cónyuges ha tenido matrimonios previos, es obligatorio entregar las actas de divorcio o defunción correspondientes. Este detalle es revisado con especial atención por los oficiales migratorios, ya que evita que se interprete como un caso de bigamia.
Uno de los pasos más temidos es la entrevista con un oficial de USCIS. En ella, la pareja deberá responder preguntas sobre su vida diaria, historia en común y planes futuros. El objetivo es que el oficial determine si la relación es genuina. Las respuestas inconsistentes o la falta de pruebas pueden derivar en el rechazo de la solicitud.
Al ser aprobada, la Green Card permite al solicitante vivir y trabajar sin limitaciones en todo el territorio estadounidense. Además, otorga acceso a programas de salud y educación pública, así como la posibilidad de solicitar la ciudadanía después de un tiempo determinado de residencia legal continua.
Los abogados de inmigración recomiendan preparar el expediente con antelación, mantener copias de toda la documentación y no subestimar la importancia de la entrevista. Un matrimonio legítimo con pruebas suficientes es la clave para acceder a la residencia permanente y, a largo plazo, al sueño de convertirse en ciudadano estadounidense.