Donald Trump promete ELIMINAR IMPORTANTE PRÁCTICA que afecta significativamente la vida de los ciudadanos en EE. UU.

En un giro inesperado, Donald Trump ha revelado una propuesta audaz que tiene el potencial de transformar la vida de millones de estadounidenses. El presidente electo prometió poner fin a una práctica que, según él, está perjudicando gravemente la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente en aspectos cruciales como la economía, la salud y la seguridad. Trump la describe como una medida "problemática" y "costosa" para los estadounidenses, lo que ha generado un intenso debate sobre las ventajas y desventajas de este sistema.

Trump quiere acabar con el horario de verano. En su red social Truth Social, Trump señaló que, aunque el horario de verano tiene "un pequeño pero firme grupo de seguidores", considera que no debería continuar. Los debates sobre este cambio involucran cuestiones de salud, seguridad y economía.

El horario de verano, que implica adelantar los relojes en primavera y retrasarlos en otoño, se utiliza en alrededor de un tercio de los países, incluidos muchos en Europa. Sin embargo, en Estados Unidos ha crecido el apoyo a su abolición.

Quienes apoyan el horario estándar argumentan que es beneficioso para la salud porque ofrece más luz en la mañana, ayudando a regular los ciclos de sueño durante los meses con menos luz natural. También afirman que el horario de verano puede interrumpir estos patrones. Por otro lado, quienes prefieren mantener el horario de verano sostienen que las noches más largas podrían reducir la delincuencia y contribuir al ahorro energético, además de disminuir los accidentes de tráfico y salvar vidas.

La propuesta de Trump no es inédita. En 2022, un proyecto de ley en el Senado intentó hacer permanente el horario de verano, pero la iniciativa no fue aprobada por el presidente Joe Biden. Este debate podría resurgir debido a que Marco Rubio, promotor de la ley, fue elegido por Trump para ser su futuro secretario de Estado.

El cambio de hora comenzó en Estados Unidos en 1918 durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar combustible. Aunque fue suspendido después de la guerra, se restableció en la Segunda Guerra Mundial y se consolidó en 1966, permitiendo a los estados optar por no adoptarlo. Actualmente, Hawái y la mayoría de Arizona no participan en el horario de verano, lo que refleja las diversas posturas dentro del país.

Investigaciones sobre el impacto del horario de verano, como las realizadas por Joan Costa-i-Font de la London School of Economics, concluyen que esta práctica afecta negativamente al sueño y la salud, tanto física como mental. Su estudio sugiere que eliminar el horario de verano podría aumentar la productividad económica de los ciudadanos en 792 dólares anuales.

Una encuesta de la Universidad de Monmouth revela que dos tercios de los estadounidenses prefieren que el horario de verano se mantenga todo el año, lo que indica un cambio en la percepción pública que podría influir en futuras decisiones políticas.

En muchos países, el ajuste estacional conocido como horario de verano se implementa principalmente en primavera para maximizar la exposición a la luz solar durante los meses cálidos. Esto se logra adelantando los relojes una hora, lo que extiende los días y acorta las noches.

En los Estados Unidos, este ajuste comienza el segundo domingo de marzo y finaliza el primer domingo de noviembre. Sin embargo, es fundamental revisar las fechas específicas cada año, ya que pueden experimentar ligeros cambios.