0

Eduardo Esidio: Dios me espera

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Digamos que es un predestinado de Dios, pues tuvo la suerte de jugar por los dos grandes del Perú. Eduardo Esidio trata de driblear al temible VIH que atormenta sus días desde hace 13 años. A cinco días del clásico, LÍBERO dialogó con el ex jugador.

Por Gustavo Peralta

El fantástico goleador brasileño, a quien lo contactamos en Santa Rita do Passa Cuatro, un barrio a tres horas de Sao Paulo, nos contó una penosa noticia: la enfermedad de Edú ya atraviesa la fase terminal.

Hola amigos de Perú, qué milagro, pensé que ya no se acordaban de mí”, nos dijo muy alegre Esidio, pero a su vez con la voz bajita y sin parar de toser.

–Edú, ¿qué recuerdos de los clásicos?–Todos fueron lindos, aunque ya perdí la cuenta de cuántos clásicos jugué. Los que juegan esta clase de partidos son los tocados por Dios, son los especiales.

–¿Te consideras un predestinado por haberte puesto las camisetas de la “U” y Alianza?–Siempre digo que Dios puso su mano en mí. Cualquiera no tiene esa oportunidad, pues salí campeón con Alianza y con la “U”. Me emociono cuando recuerdo todo eso, mi vida ha sido dura, pero quedan cosas buenas.

–¿Te quedas con la hinchada crema o blanquiazul?–Recuerdo con más cariño a Universitario, su hinchada me apoyo más en momentos críticos, además, fue el equipo que me permitió lograr grandes cosas.

“Me aferro a la vida”

–Es inevitable preguntarte por tu enfermedad... ¿Cómo sigues?–Ya tengo casi 13 años con esta enfermedad que está avanzada, no me gusta hablar de eso… aunque sigo luchando más que nunca, por momentos pierdo las fuerzas, sé que mi misión en la tierra está por terminar. Pero me aferro al Todopoderoso.

–El día a día con ese maldito virus debe ser terrible...–Mi vida transcurre mirando televisión, leyendo la Biblia, recordando gratos momentos. Ya no hago deporte, la academia que tenía se la he dado a un familiar, prefiero estar solo, tratando de buscar la paz que necesito.

–¿El apoyo de tus hijos debe ser fundamental?–Ellos ya no viven conmigo, viven con su madre, mi casa está lejos de la ciudad, aún me aferro a la vida, leyendo pasajes bíblicos, confío en mi Señor.

–¿Quisiste quitarte la vida cuando descubriste que eras portador?–La presión de los hinchas, la prensa, de algunos compañeros y de los dirigentes me afectó demasiado. Quería desaparecer de este mundo, tener Sida no tiene que conllevar al repudio, al asco, llevo mi enfermedad con dignidad.

–Goleador, te deseamos suerte, sé fuerte...–El regalo que le dejo al Perú son mis 37 goles, el tricampeonato con la “U y el título con Alianza, me gustaría volver a ese país que me dio todo. Quiero ser un ejemplo para todos, que mi historia quede como legado, pues todo lo que hice fue con la gracia de mi Jesús. De eso no hay duda.

Libero Impreso

EDICIÓN DIGITAL

EDICIÓN DIGITAL

OFERTAS DE HOY